sábado, 18 de junio de 2011

Donde el futuro cobra vidas

Hay motivos para creer que mi experiencia fue total o parcialmente una alucinación,
para la cual, en verdad, existían causas en abundancia. Y, sin embargo, su realismo
fue tan horrendo que, a veces, encuentro imposible toda esperanza.
H.P. Lovecraft [The Shadow Out Of Time]


Radio Deja Vu 1st Anniversary – Offtopic

Una canción puede perpetrar los más espantosos y profundos recuerdos. Porque donde hay sonrisas, hermosura demencial, plena felicidad y una eterna melodía de los cielos infernales, también hay caos, destrucción y desolación. Esas notas pueden convertir un simple sueño, un simple juego, en una realidad – en ocasiones incontrolable – que modifica el curso de las historias personales. Y quienes están concientemente dispuestos a caminar al borde de ese insondable abismo, serán los que pinten su propia línea, burlando las antiguas experiencias de los detestables humanos, creando el nuevo orden en el nuevo mundo, nuevamente.

Y mientras los himnos - sobrevolando durante una tarde de domingo, como recordando verdes plazas bajo el radiante y helado sol de otoño - elevan las ruinas olvidadas por las criaturas babosas que danzan sobre los pedregosos fuegos de la bondad, los espantosos seres alados de color gris, toscamente retratados en una hoja, devoran las fantasías quiméricas formadas por desabridas galletas de agua. Delante de estas siniestras visiones, el valiente caballero de las cavernas emprendió un nuevo viaje, a las entrañas de lo desconocido, tal y como lo hizo recientemente, al recibir una carta que hizo temblar su patas.

El ridículo domingo 13 de junio del año 2010, exactamente a la una de la tarde, comenzaba a desandarse el camino de Radio Deja Vu, con más pena y desgracia que gloria. La premisa era soberbia pero débil, intensa pero inexistente, fastuosa pero más bien indigente. Y aún así, todos los esfuerzos tuvieron su recompensa cuando el horror de los domingos tiñó la noche de los sábados de un rojo más profundo e indecible que el colorado de la sangre, oyendo las plegarias de los moribundos.

Acompañado por leales y maniáticos co-conductores, el cerebro detrás del programa (digi)evolucionó jornada tras jornada, hasta convertirse en un clásico dentro de los olvidados y ninguneados. No necesito vestirse como un payaso y posarse sobre la parada del verde. Y aunque lo hubiese hecho, sus oyentes, firmes estatuas de papel higiénico, aguardarían su desquiciamiento total y su vuelta del mismísimo infierno, algo que no hace mucho sucedió. Superando incluso los invitados más deplorables jamás concebidos, afrontó como un héroe las trepidantes tormentas y levantó su cabeza, triunfante como el primer día.

Sin embargo, con pesar lo digo, ni la inmensidad de las complejas palabras que un bicho de otoño puede usar, explica el legado de alienación de Radio Deja Vu (The Yoghurt). Quizá se deba ser un escéptico de la felicidad para apreciar en su totalidad este programa repleto de delicias mortales. No puedo asegurarlo. Pero si garantizo horas de cruzados sentimientos de amor y odio dentro del amor, de muerte y vida dentro de la muerte. Despiadado, como nunca, el valiente espera, sentado delante de una humeante pantalla, que cada ente saque su propia conclusión.

El elixir de la vida, servido por la truculenta y bella bruja oscura de oriente, será su combustible cuando caigan las primeras gotas del universal diluvio de garrafas llenas de agua y gas en esta inmunda noche de sábado. El manto blanco que nos cubre, será la morada del ser de eterna valentía, que jugará con fuerzas que no puede controlar, tan solo para brindar un espectáculo que nos haga viajar por la difusa historia musical de la humanidad, guiado siempre por el gigante dormido, que sin dudas un día despertará para asistir a una de estas inenarrables noches.

Es este, mi más sentido y aberrante homenaje al programa de radio que atraviesa pavorosamente la gruesa línea ominosa del tiempo, seduciéndola y convirtiéndola en mero residuo del alma purificada por la glorificante muerte que todo lo puede. Gracias totales.


FECHADO TENES EL ORTO!

Written and Posted by Cesar de la Luz
Dedicated to Roberto Fantini

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