jueves, 28 de julio de 2011

La historia sin fin

Lenta, pero inexorablemente, arrastrándose sobre mi conciencia e imponiéndose a cualquier
otra impresión, llegó un temor vertiginoso a lo desconocido, […] no la muerte,
sino algo sin nombre, un ente inusitado indeciblemente más espantoso y aborrecible.
H.P. Lovecraft [The Crawling Chaos]

Anime Friends 2011 – Review Eventos

Parte I: La Culpa de Dios

Con trepidante y melancólico paso, un hombre bordea la costa más helada del mundo. Con la mirada perdida en la inmensidad del río - que una vez fue mar, que fue dorado ayer y hoy plateado es - se pregunta el porqué del súbito desenlace de su novela tristemente hermosa. Trescientos sesenta y cuatro días han pasado, y todavía anhela encontrar la respuesta, bajo el brillante manto infernal que cubre el frágil mediodía. “Tanto ha pasado?” se pregunta. Pero para aquel desgraciado, inmerso en la sagrada infelicidad, era evidente que el tiempo había reptado sobre movedizas arenas de desesperación.

En sus manos descansa un objeto que siempre supo, nunca entregaría, incluso antes de llegar a este mundo. Y recuerda aquella mesa maldita en la cual le tocó sentarse; recuerda las nubes negras que se posaron sobre su alma mientras oía el alarido del muerto; recuerda su ascenso en penumbras por las escalinatas laberínticas; y recuerda el ajeno sueño donde se anunciaba el momento del fin. Inocentemente, buscaba consuelo a orillas de un río, que una vez fue mar, que fue dorado ayer y hoy plateado es.

Intentando recuperar la esperanza, arroja la pequeña caja nunca entregada, bajo la atenta mirada de ignotos pescadores de hombres, y decide partir, abandonando por toda la eternidad, en el fondo de aquella alfombra putrefacta, el ominoso objeto, su infinita pena y sus últimas lágrimas de odio.

Con la tristeza ahogándose bajo un millar de galones de agua, el desdichado regresa a su hogar, en los confines del mundo, a bordo de un transporte tan verde como una mandarina podrida, ansiando ver al día siguiente, a los caballeros de la salvación. La frenética melodía anuncia un venturoso porvenir, en el cual depositó su restante existencia, la que había logrado salvar el día de su muerte. Pero entonces apareció un enemigo mucho más macabro - cuya inagotable botella de rencor desbordaba infamia - para destruir sus infantiles ilusiones. Algunos le llaman Creador; otros, Señor; lo cierto es que la gran mayoría lo conoce, simplemente, como Dios.

No está en discusión su existencia: las quiméricas evidencias lo demuestran con creces, así como denuncian las ansias de Aquel a la hora de derrumbar los castillos de cordura y redención erigidos por los débiles seres humanos. Para Él no existen justos ni pecadores; todos son solitarias ratas apestosas que rellenan su laboratorio divino. Los coros celestiales lo aclaman, y los humildes terrestres lo padecen. Cuando el río parecía haberse tragado todo desconsuelo, éste sale a flote nuevamente, transformado por la gracia de Dios en un imparable y ciclópeo Golem azul que arrasa la ciudad dentro de los corazones. Fue Él, con toda seguridad, quien cernió la maldición que convirtió un hermoso colegio lleno de amor, de paz y bellos recuerdos, en una ciudad dominada por el caos y la agonía. Fue Él, quien convirtió al radiante Instituto San Antonio, en Kosovo, donde se llevó a cabo Anime Friends 2011, el evento donde concluyen los miedos grises y la festiva realidad oscura.

Parte II: La Caída de los Ídolos

Este formato, un tanto particular, de reseña responde a motivos más bien organizacionales; habiendo sido una convención de dos días, con gran cantidad de actividades y artistas, era necesario mantener cierto orden de los acontecimientos. Al mismo tiempo, la extensión de la presente nota (en consonancia con la ilimitada e inhumana bataola de sensaciones) es un tanto mayor a las anteriores, y requería la división por capítulos. Además se me cantaban las pelotas.

En honor a la verdad, que suele ser letal y cruel para todos, siempre inevitable, AF2011 - publicitado como el ‘evento del año’ por sus organizadores, los súper denostados colegas de Yamato Argentina – fue una de las peores convenciones de las que se tenga registro (mental). “Más de lo mismo” sería la expresión más correcta. Es así que podría tranquilamente copiar y pegar la reseña de la edición del 2010, y prácticamente no habría diferencias (salvo por los invitados internacionales y los ponderables alienísticos); sucedió exactamente lo que se esperaba que sucediese, de la forma en la que se esperaba que sucediese, en el momento en que se esperaba que sucediese. Aún me pregunto si esta tremebunda y repetitiva previsibilidad superó a las visiones zenkianas sobre el ‘fin de todo’ de noches anteriores…

Lo cierto es que los denominadores comunes del sábado 23 y el domingo 24 de julio fueron el inefable aburrimiento y la malsana apatía. Con mínimas excepciones, la totalidad del evento estuvo surcado por la incredulidad: “cómo es posible que pase esto, otra vez?”. La historia sin fin. La luz al final del túnel, se llamaba Nobuo Yamada, pero su trabajo fue el de un obrero solitario que intenta erigir, él solo, uno de esos castillos de cordura dentro de la ciudad desolada de los corazones humanos. No fue suficiente con el show principal de AF; sin atracciones mayores, con el dominio de la obviedad, el puntaje de la convención se fue al mismísimo ‘sótano de los puntajes’. Y no fue solo NoB quien cayó en la mediocridad, sino que otros ídolos – amados y respetados por eones – súbita e insólitamente, ingresaron en una bolsa negra de la cual siempre ha sido más fácil salir que entrar…

Paradójicamente, la cantidad de público que se hizo presente ambos días fue extraordinaria; y el clima fue perfecto, casi sin nubes (solo una negra, ominosa e indeciblemente inconmensurable, únicamente vista por aquellos que están muertos en vida y muertos en muerte), con una temperatura ideal. Esa sí fue una diferencia con la edición 2010, que padeció una hermosa lluvia el día domingo. En fin, a partir de ahora, con la iluminación e iluminismo del legendario don Julio Humberto Grondona, pete de la AFA, trataré de explicar el porqué de mis críticas iniciales y de mi gigantesca desidia.

El sábado, el Instituto San Antonio de Mierda, habitual guarida de Yamato, abrió sus puertas a la inmensa cantidad de gente - que esperaba con ansias ver como la historia cambiaba - a las once de la mañana. La cola de dos cuadras se extinguió en cuestión de segundos gracias a los 30 miembros del staff en la entrada (punto a favor de la organización, que mantuvo el control en ese lugar aún en horarios de cierre). Lo primero que llamaba la atención era la inmensa parrilla (Tévez, Pastore, Agüero) en el flanco izquierdo del colegio. Si bien los precios eran exorbitantes, la comida parecía conservar cierta calidad (es decir, suciedad). La distribución de stands fue otro acierto de Yamato; la cantidad de expositores fue directamente proporcional a la congestión de público (con excepción del ‘pasillo de la muerte’) lo cual tranquiliza a quienes se dedican a dar vueltas y vueltas con el único objetivo de ‘ver pasar el tiempo’. El escenario principal, sin tráiler a la vista, también fue algo para destacar: armado para paliar cualquier tipo de anomalía climática y dotado de una pantalla dantesca, que lo único que hizo fue proyectar basura verde y copiosa. Lo de siempre.

LA SELECCIÓN ARGENTINA

Nuevamente, el encargado de animar y calentar al gélido público fue el líder todo poderoso y salvador de los Parraleños. Podrán imaginarse el resto.

Párrafo aparte merece el mural que había pasado desapercibido para este hijo de Zenki las anteriores visitas a la derruida Kosovo. Aquella obra maestra solo puede ser comprendida en los sueños más macabros, y comparada únicamente con obras de autores cadavéricos que pasaron a la inmortalidad luego de realizar su máxima labor. Su diseño es tétrico, y el leitmotiv, muy confuso. Una tambaleante ciudad surcada por personajes espantosos; un guía malevo que conduce al caos último; un fondo incomprensible y demencial. Sencillamente un disparate de mural para una escuelita.

LO OMINOSO

Más allá del nuevo tesoro zenkiano, lo primero para destacar fue el Animeke. Las figuras fueron dos muchachos, que con más coraje que calidad, interpretaron para el orto sus canciones: el primero de todos, ‘cantó’ el OP de High School Of The Dead - siendo una voz femenina el original, su versión se tornó insoportable, pero hasta poco antes del final hubiese aventurado a que ganaba; el último en subir al escenario fue el gordito de siempre, cuyas manos y voz articularon Butter-Fly (Digimon) desastrosamente bien. Palmas para ambos por el valor. La verdad es que no sé quién carajo ganó, pero poco importa, puesto que la diversión estaba asegurada… y la mesa, servida.

Entrada la tarde, hizo su aparición el artista visual del nuevo milenio, transformista de pura cepa: Kaya. Necesitaría dos o tres reseñas para intentar explicar cómo es que este muchacho NO es una chica. Es decir, es una mujer. Solo un indecible permitiría demostrar lo contrario. Pero dejando eso de lado, y a pesar que le di la espalda la mayor parte del show, puedo decir que hizo un muy buen trabajo, sobre todo por el vestuario sublime y las coreografías nada improvisadas. En cuanto a su voz, bueno… digamos que aprueba ahí nomás.

Por razones de fuerza mayor, no tuve la posibilidad de ver a m.o.v.e., así que, como siempre, tendrán que contentarse con opiniones ajenas al blog de LHDZ. Y con la caída del primer ídolo, se terminaba el sábado de Anime Friends 2011, con gusto a poco, con visiones y sueños confirmados, y con nubes horriblemente negras que anunciaban lo peor para la última jornada.

El domingo comenzaría de la mejor manera: encontrando gente indeseable en lugares indeseables. Por el resto, y tras comprobar que todos los stands tenían la misma merca indigna e indignante, enfilamos con RF hacia las fauces de Lafauci; es decir, rumbo al escenario principal de AF. Lo primero que pudo verse fue a un par de chicas, miembros de ‘Who’s that?’, bailoteando al son del K-pop. En esta banda hizo su presentación ‘el arbusto’ :P Los golpes llegaron cuando Sakanashi-sensei y compañía ingresaron para la exhibición de Aikido. Ya sin Pino, fallecido hace pocos días tras el tercer puesto en las elecciones para Jefe de Gobierno de la Ciudad, tuvieron que recurrir a la potencia de los gordos para paliar su ausencia. Y lo lograron con creces. A continuación, aparecieron tres chicas que se encargaron de 'calentar' el ambiente con anime songs. Por supuesto, como es sana costumbre en este blog, no tengo la más puta idea cómo se llamaba la banda lol. Sí pudimos reconocer a Hitomi, la líder, que hizo una tarea francamente suprema en contraposición con sus compañeras. No voy a hacer mayores comentarios sobre lo linda que es.

Aproximadamente a las 16:15 comenzó el bodrio total. Los hijos de puta de R-Proyect (nombre re choreado) - liderados por el pescado metalero de siempre y su air-guitar de cuarta - salieron para dejar a todos sordos y completamente somnolientos con sus canciones de series sentai que NADIE conoce. Por suerte, no duraron mucho: los sacaron cagando por orden de alguien (Dios, seguramente).

El show más esperado del último año por el fandom, Super Friends Spirits, versión 2011, comenzó minutos después de las 16:30. La premisa para éste, siempre ha sido mechar a los artistas y glorias niponas con el Jardi. Esto es y será así por un largo tiempo, digamos unos 6, 7, 8 años. La edición anterior prometió tres horas, pero no duró más de una hora y media. Esta cumplió con el tiempo pactado, pero no con las expectativas. El encargado de abrir el concierto fue Takayoshi Tanimoto, primerizo en Argentina, con Dragon Soul, OP de la detestable y merdosa Dragon Ball Kai. Con mucho amor propio y más fervor por parte del público del esperado, hizo un trabajo muy destacado. Su repertorio de movimientos demostró el gran momento por el que está pasando Fabián Gianola, sin paralelo en el personaje que entraría unos minutos después. El siguiente fue el Ladri, Ricardo Cruz, que entró con lo que SIEMPRE entra: Soldier Dream. Lo de siempre. Y aunque ponga alma y vida en cada robo, es un poco cansador. Con el tifón brasileño se acabó la joda, tal y como se acabó el viernes 1° de julio. Al ritmo destructivo de Pegasus Fantasy apareció el hombre de las mil boas, el hombre de la última bichificación, Nobuo Yamada. Revestido en cuero, con excepción de la totalidad de su manga derecha, incineró a los helados habitantes de la tétrica Kosovo con su música ominosa. Aunque la versión despertó a los muertos y sacudió los siete mares, quedó muy lejos de la leyenda de Tokyo Weekend 2008, miles de veces expuesta por LHDZ. A todo esto, la nube negra comenzó a hacer su aparición, al mismo tiempo que el piano comenzaba a afinarse para la melodía del infierno. Temas de su raro proyecto, el recontra repetido Haruka Kanata del Jardi, y más mierda de DB Kai completaron la faena. En realidad solo quedaba tiempo para Blue Forever, que se comió todo. El ‘momento de la galería’ se acercaba lenta pero inexorablemente.

La obvias y repetidas muestras de cariño para con el público por parte de NoB y Tani lograron conmover al ignoto público que respondía solo a las traducciones de Curusho. Todo terminó con otra versión de Pegasus Fantasy, ahora con todos sobre el escenario del San Antonio. El saludo y el final. Ricardo apagó la luz y comenzó la desconcentración. La nube ya no estaba, o eso parecía. Por cierto, se vio a un Nobuo un tanto apagado, cansino, quizá por el trajín del viaje: el día anterior habían estado en Chile. Tani fue el que mejor impresión dejó, con una gran voz y un incansable griterío. El Jardi, otro mundo: esta vez, a su arenga legendaria, le sumó un lamentable movimiento de piernas, bien a lo Michael. Insólitamente gracioso.

Parte III: Lágrimas de Dulce de Leche

La crueldad no tiene fecha de caducidad. Nunca la tendrá; haciendo imposible el ejercicio del olvido. Sin embargo, como decimos siempre desde este blog de perdición, de no existir la insana maldad, el desparpajo materialista, el voraz individualismo, no podríamos disfrutar del odio que todo lo puede. Pero eso nada tiene que ver con AF, así que...

Luego del buen show brindado por el trío, era deber del parraleño acallar a las tímidas fieras, que de por sí estaban en silencio. Tras un escueto anuncio (creo que promocionando nuevamente a X-Japan) regresaron los conchudos de R-Proyect, que debieron de sorprenderse al ver las espaldas de todos los que habíamos disfrutado del Super Friends Spirits. Un breve descanso, y a esperar el cierre meteórico de la convención: el concurso de Cosplay, que sería lo más gracioso de día domingo, como casi siempre.

Varias situaciones llamaron la atención, pero manteniendo un ápice de previsibilidad. Entre ellas, la increíble cantidad de participantes del espectro Bleach-One Piece-Resident Evil. Deberían limitarles el orto a esos forros. No faltaron tampoco, los pelotudos que solamente se dedican a bardear. ‘Mucha ropa’, ‘putooo’, ‘andá a laburar’, y demás epítetos incomprensible se oyeron de aquel grupo de tarados, muy lejos del escenario, claro (encima cagones). La producción de algunos disfraces fue soberbia pero poco premiada por el público, más bien ávido de carne que de otra cosa. Entre todos los participantes hubo una chica que hizo una demostración de moe gigantesca al largarse a llorar sobre el escenario (Mio-chan), aludiendo ‘estar nerviosa por ser su primera vez’. Tierno y a la vez totalmente insólito. Y cuánto dulce de leche se tuvo que sacarse de encima el pobre parraleño para levantar el concurso! A pesar de las ausencias de Don Ramón y el Chavo, el cosplay estuvo bueno. De ganadores y perdedores no hablemos porque antes de los resultados ya estaba en la calle.

La noche había llegado. El daño era ya irreversible. El 96 tardó años en aparecer. La vuelta se hizo esperar. El alien continúa venciendo. Lo mismo de siempre…

Qué complicado se hace encontrar un equilibrio y un bienestar mental después de semejante sucesión de dislates. Qué triste es pensar en un mañana cuando se sabe que éste no existe. Qué gracioso es estar equivocado, saberlo, y aun así estrellarse contra la pared de decepción erigida por los dioses de la muerte. Qué espantoso es depositar las pocas esperanzas en un ideal que se derrite con el fragor de la batalla. Qué inmundo es prescindir del camino de asfalto y, por gusto, atravesar los pastizales de la soledad para alcanzar el eterno descanso. Qué cínico es soportar un evento insoportable, con el peso de la repetida historia sobre los hombros, y solo inmutarse por el movimiento suave de los cabellos color miel. Qué sagaz es mirar hacia la izquierda y alegrarse por la bruma de la mañana. Qué desolador es perder algo y no tener el más mínimo reparo en intentar recuperarlo. Qué insólito es presenciar la decadencia de un ídolo, corrompido por su propia locura, idiotez e inseguridad. Qué bueno es estar muerto. Y qué mierda que Yamato no se dé cuenta que es hora de un cambio radical (Alfonsín 2011); de otra forma las convenciones perderán lo poco de frescura que les queda, perderán la buena cantidad de público que aún pueden captar y, sobre todo, perderán la posibilidad de traer nuevos y mejores artistas nipones a estas tierras, de olvido y perdición.

Es así, que podemos llegar a conclusiones tan obvias como desafortunadas: AF2011, el ‘evento del año’, ha sido otra muestra de la inhóspita monotonía en la que los otakus hemos caído; ha confirmado la crueldad de Dios; ha sido un nuevo capítulo de aquella ‘historia sin fin’; y ha dejado una estela de confusión que difícilmente se disipe en el corto plazo. Los 0,73 zenkos de puntaje creo que están más que justificados. Al que no le guste, que se mude a Santa Fe y vote a Miguelito del Sel en el 2015

QUE RESEÑA DE MIERDAAAAAAAAAAA!! (como siempre)

Written and Posted by Cesar de la Luz
Dedicated to Nico Meca

domingo, 17 de julio de 2011

La mesa esta servida



En algún lugar lejano había una isla de mierda. No tenía nombre. No valía la pena ponerle ninguno. Era una isla de mierda con forma de mierda. Allí crecían palmeras con forma de mierda. Y las palmeras daban cocos que olían a mierda. Pero allí vivían monos de mierda que adoraban los cocos que olían a mierda. Y cagaban mierda de mierda. La mierda caía al suelo, aumentaba la capa de mierda y las palmeras de mierda que allí crecían eran cada vez más de mierda. Un circulo vicioso....Mirándote, me he acordado de la historia de la isla de mierda..
Haruki Murakami [Crónica del pajaro que da cuerda al mundo]

El reloj marcaba las 6 de la tarde de un día gris. Quizás, recorriendo la historia completa, nunca hubo un Domingo más gris que ese. Sin embargo, en un recóndito lugar que ya no existe, no había grises. Todo era negro absoluto. Era un día frió pero sobre todo, silencioso. El silencio lo cubría, lo asfixiaba, era total. Lo único que producía algún ruido ese Domingo era el tono del teléfono y el sonido que hacían sus teclas cuando marcaba su número. Pero una vez que la llamada era atendida, el silencio volvía a reinar en el lugar. Tal vez, con suerte y muy esporádicamente, se dejaba escuchar algún sonido, algo que parecía un suspiro, algo que se parecía a un “si”, a un “no”, pero principalmente lo único que se escuchaba era “no se”. Y una vez que eso era pronunciado, el silencio reaparecía. Y era todo un suceso y un logro al mismo tiempo, puesto que la mayoría de las llamadas no eran atendidas.

Darío no podía entenderlo. No sabía cuando había cesado la música, las palabras, los sonidos, dando lugar al infinito silencio que lo dominaba. O mejor dicho, si lo sabía. Sabía perfectamente cuando inició, donde e incluso sabia por que (o por quién). Pero no quería. No. No quería aceptarlo. Y tampoco quería aceptar el último recurso que quedaba, esa “solución” que venia pensando y procesando hacia días, incluso semanas y, pese a lo contradictorio, para el solo significaba muerte. Resignándose, terminó por hacer lo que venia haciendo últimamente: dejar todo para después. Ni lo imaginaba. No sabía lo que se venía. Una tormenta, “el caos definitivo”. Se metió en la cama, cerro los ojos y huyo a ese mundo, a ese paraíso donde la historia era muy diferente a como venia siéndolo en el mundo real. Y fue ahí, en ese momento, entre sueños, cuando lo deseó. Cuando deseó dormir para siempre…

[…]

El frío era de otro mundo. Helaba, y en mas de un sentido. Miró a su alrededor: una clásica escena solo vista en las más deprimentes películas. Allí todo era infelicidad, tristeza, muerte. Se sentía solo. Una vez más, se sentía completamente solo. Pero a unos metros de donde se encontraba, el panorama parecía ser diferente. O por lo menos eso reflejaba la estructura circular que se había formado ahí, a nada de distancia. Se escuchaban risas, se escuchaba una guitarra, se escuchaba algo parecido a la alegría. Pero que iba a saber Darío de todo eso. El estaba en un mundo aparte.

No obstante, en ese exacto momento cuando planeaba levantarse, dar media vuelta y escapar, alguien se acerco. Alguien se dio cuenta de todo y se acercó al cadáver. Pobre de el. Esa tarde, Darío lo abrumo con sus problemas, pero eso solo sirvió para aplastar a quien lo venia escuchando y sufriendo palabra a palabra. No ayudó en nada a resolver el rompecabezas. En su mente solo seguía girando una frase, una pregunta, un enigma: “¿por que?”. Una pregunta que no se podía responder en ese momento y que, por cierto, tampoco tendría respuesta horas mas tarde, cuando su desgracia se viera rodeada de paredes color salmón. Y no, aun hoy no tiene respuesta alguna.

[…]

Río de Janeiro. Estaba acompañado pero poco le importaba. La ira que sentía en ese momento era única. Y a la vez estaba anonadado. Hacia instantes había presenciado una escena que le desgarró el alma. Bueno, varias escenas, una peor que la otra, se desencadenaron aquel Domingo. Para muchos había sido un evento mas en sus vidas. Pero Darío recordaría este día por siempre..y no sería el único.

Caminaba rápido, mirando al frente. Por primera vez no quiso volver atrás. Estaba extasiado, lleno de enojo y de tristeza (propia y ajena). Por mas que lo intentaba no podía sacar de su cabeza esa imagen. Había sentido amor a primera vista, pero hasta ese entonces nunca había experimentado tanto odio repentino hacia alguien que ni conocía. Pero no era todo. Había otra imagen que jamás podría borrar de su mente: su cara. Esos ojos, que tantas veces lo habían penetrado hasta en sus mismos sueños, ahora despedían un brillo aun más fuerte, aunque no por las razones que cualquiera desearía. Había visto por primera vez…a lo innombrable.

Luego de horas de vagar por una ciudad devastada encontró refugio en un vehiculo totalmente verde, como el cielo que todo lo cubría y todo lo asfixiaba. Si hubiera sabido a donde se dirigía, o si hubiera previsto que le llegaría un mensaje tan inexplicable como confuso, bajarse de aquel transporte hubiera sido la mejor opción, sin duda alguna.

Minutos más tarde, Darío estaba parado en medio de un largo pasillo. Su demacrado rostro se reflejaba en las vidrieras que lo rodeaban. Y ahí sucedió. Ahí fue cuando una fuerza demencial lo arrastró a lo largo de aquel pasillo para luego darle lo que tanto ansiaba, lo que venia esperando hace meses.

El tiempo se detuvo por completo. Esos segundos fueron horas para Darío, horas hermosas por cierto. No le importaba nada: ni lo que había pasado esa tarde, ni lo que había acontecido meses atrás. No le importaba quien era, y mucho menos le importó rebajarse de esa manera. El iluso creyó que la vida le volvía al cuerpo, que resucitaba, que podía dejar todo atrás en ese mismo momento y ser feliz. Pero no le tomo mucho darse cuenta de que estaba equivocado. Al abrir los ojos y recorrer la galería con la vista se encontró con un pobre y cadavérico ser. Y al verlo a el y a todos los que allí estaban, todo lo que le preocupaba volvió para invadirlo nuevamente. Había vuelto a hacer lo mismo de siempre: escapar de la realidad, dejar todo para después. Y no había mas tiempo, quizás no habría un después. Así que no le quedo otra opción. Tuvo que decidirlo en ese momento. Decidir si valía la pena continuar con una pelea en las que llevaba todas las de perder, o continuar atado a algo incierto que le brindaba mas desdichas que otra cosa y esperar a que, de la nada, apareciera “la salvación”. Porque, en definitiva, ya no podía seguir escapando de la realidad. Era uno de esos días para Darío. Y era uno de esos momentos donde la respuesta se decanta por si sola. La mesa….estaba servida.

-CONTINUARÁ-

…(o no)


Writen and Posted by Roberto Fantini

Dedicated to Navarro