When I drew nigh the nameless city I knew it was accursed […] It was of this place that
Abdul Alhazred the mad poet dreamed of the night before he sang his unexplained couplet:
«That is not dead which can eternal lie,
yet with strange aeons even death may die.»
Al acercarme a la ciudad sin nombre me di cuenta de que estaba maldita […] Esta fue la ciudad
con la que el poeta loco Abdul Alhazred soñó la noche antes de cantar su dístico inexplicable:
«Que no está muerto lo que puede yacer eternamente,
y en los eones por venir aun la muerte puede morir.»
H.P. Lovecraft [The Nameless City]
The Twilight Saga: Eclipse – Review Movies
La película es espantosa. Y no se dan una maldita idea como lamento arrancar así, pero que otra cosa iba a decir? Jamás se ha creado semejante basura, y esto es decir mucho si tenemos en cuenta que se ha visto una trilogía de Toy Story, por ejemplo. La reseña podría terminar acá, pero me cortarían las extremidades superiores, cosa en lo que, por el momento, no estoy interesado.
Se esperaba (al menos) una correcta adaptación del mejor libro de la saga. Sin embargo se fueron al re contra carajo en casi todo: demasiado melosa, predecible hasta los huevos gracias a su flojísimo (nulo) guión, con actuaciones más que olvidables (salvo excepciones) y, para sorpresa mía, una música horrenda. Peor que cien mortangas. Sin embargo, lo realmente inconcebible fue el tono de comedia que se le dio por momentos al film, cayendo en el estereotipo de película juvenil americana romanti-tonta, que nos hace preguntar si es o no la tercera parte de Mierdúsculo. En fin, quedó claro que la pre-producción falló; que el rodaje no existió, y que la post-producción filtró agua, ácido y salsa de tomate por todos lados.
Pero antes de meterme en la (despiadada) crítica a este bodrio galaxial, quisiera explicar el porqué del retraso en la publicación de esta review. La mecánica de las reseñas es, básicamente, siempre la misma: un momento de sagrada inspiración zenkiana, que da como resultado algunas oraciones totalmente desvarietadas. Es ahí cuando los párrafos comienzan a brotar y a brotar. Inspiración. Es justo lo que faltó estos últimos días. Ni una puta idea copada. Para empeorar las cosas, será imposible no comparar esta reseña con la hecha para Luna Nueva. Por supuesto, son excusas… porque, con seguridad, no será tan buena como aquel monumento a la bichificación.
Volviendo al tema, esta vez sacar la entrada, no tuvo mayores inconvenientes. Tres horas antes de rendir un parcial de vida o muerte, enfilé hacia el Abasto en busca del ticket más codiciado de la historia de la humanidad. No hubo aliens (solo algunos restos tirados por ahí), no hubo fanáticos/as sacándose fotos, no hubo remeras, no hubo euforia, no hubo emoción… en definitiva, no hubo un soberano carajo. Indiferencia? Tal vez. Tal vez no. Quizá yo estaba más hijo de puta que de costumbre… Para la función del jueves a las 23.10 quedaba solo un lugar pegado al pasillo y a escasos metros de la salida. Me lo tuve que quedar, a riesgo de no ver nada por la lejanía (leyendas hablan de 3km. de distancia entre la pantalla y la fila N… poco creíbles).
La noche del 1º de julio no podía empezar peor: calculé muy mal el tiempo y llegué temprano al chopin. Un plomazo. Pero todo puede ser peor, incluso cuando todo está más que peor. Así que para hacer tiempo y no irme a dormir al baño, decidí pasar el rato escuchando cómo y cuándo se le ocurrió la historia de Twilight a Stephenie Meyer. Y fue nada más ni nada menos que de la boca de un par de fanáticas acérrimas, portadoras de las características remeras de la peli (de turno). He aquí lo que me contaron. Resulta que nuestra muchacha, buena redactora de historias en el cole, estaba medio al dope viviendo en un trailer verde (que nada tiene que ver con aquel de Animeku 08), hasta que un día se le coló una tortuga en la susodicha vivienda. Es entonces que pensó ‘uf, acá tengo una punta’. Y nació Crepúsculo: la historia de un pastor anglicano que se debate entre comprar el calendario de Playboy o una alfombra para la habitación. Flor de capitalista el muy hijo de puta. En 36 páginas iniciales explora psicológicamente, con astucia épica, al pastor, amante del mini golf y de la mayonesa de calorías módicas. Luego añadió al archi mega némesis del protagonista: su conciencia. Cómo iba a comprar semejante calendario siendo ministro? Y la autora vio que todo esto era bueno… y descansó al séptimo día. Le mostró el bosquejo a la dueña de la licorería. A la mujer le gustó (no hace falta que diga que estaba en pedo). A su hija le pareció que discriminaba a los árabes (no hace falta que diga que la piba estaba totalmente drogada). Meyer cambió la conciencia del pastor por un asesino a sueldo ruso. A la hija de la licorera le gustó. Ahora bien, cómo pasó de una tortuga a esto? Qué se yo… esa parte no me la contaron. La escritora llevó el espectacular borrador a la editora neoyorquina Pepo’s: la sacaron a patadas. Cualquiera lo hubiese hecho. Finalmente, luego de ser rechazada unas cuantas veces más, logró un acuerdo con Little, Brown and Company, bajo una clara condición: había que cambiar todo. Meyer lo hizo, y el éxito fue (es) innegable. Los siguientes dos libros corrieron por un canal similar: la autora escribiendo sobre gauchos matreros, esponjas voladoras, carreras de ponys mutilados, y la editorial obligando a cambiar todo. Para Amanecer, LB&C decidió no tocar nada… cosa que queda en evidencia desde la primera página (NOTA: no importa la instancia, jamás se considerará a Amanecer - Breaking Dawn - como un libro… siquiera se lo considerará una cosa). Gracias a Dios, y después del típico retraso de Hoyts, dejaron ingresar a la mugrienta sala. El relato me quedó picando, y al llegar a casa investigué un poquito. Cuasi-oficialmente, se dice que Crepúsculo nació de un sueño que Meyer tuvo, el 2 de Junio de 2003. Emm, un sueño? Qué clase de idiota puede creérselo?
A las 23.20 las luces se apagaron y la emoción llegó a su punto máximo.
Fue sorprendente como nadie se levantó tras los primeros 25 minutos de película (irse antes hubiese sido una falta de respeto para con la acomodadora). Como dije anteriormente, empalagosa a más no poder: besos, amor, amor, amistad, besos, amor, por acá por allá… Y la sangre cuando, la puta que te parió? Para peor, la primera persecución no se vio: la nitidez no estaba incluida en la cinta. Los pobres diálogos fueron demasiado para las escenas de acción, que no pudieron remontar nada, con todas sus limitaciones a cuestas, claro. Por momentos, el aburrimiento era total. No voy a contar mucho, ya que el argumento es harto conocido. Pero, sin usted leyó Eclipse y odió a Bella por ser tan puta, la odiará más luego de ver el film. Una trola que intenta sacarle la ropa a su buenazo novio vampiro, Edward Cullen, minutos después de tener una discusión con su padre sobre la virginidad. Una baratera que, acepta casarse con alguien, y 10 horas después le implora a un sucio perrito faldero de mierda que la bese. Y es ahí donde me detengo: en las actuaciones. No se como pude dudar de Taylor Lautner… nació para el papel de Jacob ‘Puppy’ Black. No importa si es bueno o malo actuando… es Jacob. FORRO! Lo mismo se aplica para Kristen Stewart. PUTA! Al margen, y para completar el trío protagonista, hay un buen trabajo de Robert Pattinson, que mejora película tras película. Un escalón más arriba está Billy Burke, que interpreta a un Charlie Swan distinto al de los libros, más vivaracho e hijo de puta. Pero, a mi criterio, los que se roban la película y se cargan semejante papelón al hombro (a pesar de no aparecer mucho) son Jasper (Jackson Rathbone) y Riley, el recluta vampiros controlado por Victoria (Xavier Samuel). Hincapié en el primero, que no solo despeja las dudas sobre si era o no un placard, sino que le da nueva vida a un personaje que parecía destinado a la nada en la pantalla grande. Alice (Greene), sublime y hermosa como siempre. Pero como todo se centra en el triángulo amoroso (cosa obvia), no se puede evaluar severamente al resto de los actores. Salvo Dakota Fanning, cuyo papel ya cruza la línea del patetismo para pasar a ser algo innombrable, inenarrable. Dejando las actuaciones de lado, debe decirse que lo que hizo todavía más embolante a Eclipse, fue la música. Inexistente, pedorra. Acorde a la calidad de la película. Una decepción si tenemos en cuenta el buen nivel de las dos entregas anteriores.
En fin, aún con la millonada de horrores cometidos, el futuro de esta ‘franquicia’ parece… parece prometedor. Recuérdese que quedan aún dos películas por rodarse. La cuestión es que el cambio de actriz para el personaje de Victoria (que no merece mayores comentarios) es apenas el primero de varios. Tranquilos/as, Eddie no será reemplazado. Tampoco el pichicho peludo y cagón. Sin embargo, díganle adiós a Kristen Stewart. En su lugar estará ni más ni menos que… Dakota Fanning, quien tiene muchísima experiencia y categoría a la hora de interpretar vampiros, algo sumamente necesario para la próxima película (el spoiler te lo metés en el orto). Claro, alguien debe de suplir a la actriz prodigio al frente de su magistral Jane. Los productores, muy hábilmente (siguiendo el consejo dado anteriormente por LHDZ), decidieron sustituirla por una caja de zapatos con una cara dibujada al frente. Espléndida decisión. Ah, por cierto, el lugar de Kristen también podría habérselo quedado Miley Cirus, que encajaba perfectamente con el papel de súper puta, pero se temió que muriese absorbida por su propio ego, de haber sido elegida protagonista de Breaking Dawn, así que se la descartó rápidamente. Y hablando de ex-figuritas juveniles de Disney ahora relegadas y regaladas, la que sí tuvo suerte fue la ‘rubiecita’ Ashley Tisdale, conocida por su papel de Sharpay en High School Musical (otra trilogía pedorra y van…). Le tocará encarnar a Rosalie: la actriz que la interpretaba hasta ahora pidió ganar el triple ya que le habían prometido que su personaje tendría más protagonismo que en los libros (‘va a ser más que Bella’ le dijeron… pobre pelotuda). El gran problema acá es que su promedio de palabras por segundo es superior a cincuenta, cosa no conveniente para la gran Rosalie Hale. Y ojalá hayan disfrutado de Gil Birmingham, el texano que hace las veces de Billy Black, puesto que será cambiado por obvias razones: increíblemente ahora puede caminar (tras un tratamiento con alcohol en gel); así que sano ya no le sirve a nadie. Su carrera ha terminado (antes de empezar). En su lugar estará Antonio Banderas, quien le agregará a la silla de ruedas, un antifaz, capa y sombrero negro.
Finalmente, el cambio más importante se da en la dirección de (los) Amanecer: algunos pedían de vuelta a Catherine Hardwicke (no será demasiado?), otros a Stallone para que hubiese cincuenta veces más acción y cincuenta veces menos historia, pero ese lugar lo ocupará el ultra desconocido Bill Condon [inserte aquí el chiste que usted prefiera]. Ya se imaginaran el resultado…
Me cansé de escribir… así que, a pesar de ser totalmente innecesarias, aquí están las conclusiones:
Lo mejor: no comer pochoclos ni tomar gaseosa evitaron infinitas arcadas en la asquerosa cantidad de escenas melosas. Después de eso, indudablemente es genial que falte mucho para el estreno de la primera parte de Amanecer (hasta puede que nunca se estrene).
Lo peor: esta es imposible; casi todo fue muy malo. Igualmente me quedo con la omisión de la mejor parte de la versión literaria: la muerte de Bella… Ah, no muere? La próxima compro el libro, y no me lo bajo de Internet.
Lo curioso: ubíquese… escena tras el beso de Bella con el perro… cara larga de Edward… y el GRITO de una fanática al son de: ‘dejala que estoy acá… dejala’. Lo único realmente gracioso de toda la noche que obtuvo merecidos aplausos y risas.
Para ser honesto, la decepción no puede ser más total. Es posible que con el tiempo, luego de su edición en DVD, Blu-ray o lo que sea, cambie levemente mi opinión (haciendo hincapié en el ‘levemente’), como sucedió con Luna Nueva, que comparada con Eclipse ahora parece Casablanca o Memento. Sin embargo, las posibilidades que esto pase son menores a las probabilidades que dos variables independientes en regresión múltiple sean independientes entre sí al mismo tiempo. También es posible que mi crítica haya sido desubicada, despiadada, parcial, maliciosa y que parezca que nada me viene bien. Mas debo decir que un hijo de Zenki no se equivoca en este tipo de cosas. Puntaje? Complicado, ya que la función que determina la puntuación de películas, en comparación con el resto de los medios, está acotada entre 0 y 3… no hay números negativos. Así que optamos por un valor cercano a cero: 0.1 zenkos. La recomendación es muy clara: no la vean, bajo ningún punto de vista.
NO ES EL VIOLETA 01… ES EL NEGRO 0-4
Se esperaba (al menos) una correcta adaptación del mejor libro de la saga. Sin embargo se fueron al re contra carajo en casi todo: demasiado melosa, predecible hasta los huevos gracias a su flojísimo (nulo) guión, con actuaciones más que olvidables (salvo excepciones) y, para sorpresa mía, una música horrenda. Peor que cien mortangas. Sin embargo, lo realmente inconcebible fue el tono de comedia que se le dio por momentos al film, cayendo en el estereotipo de película juvenil americana romanti-tonta, que nos hace preguntar si es o no la tercera parte de Mierdúsculo. En fin, quedó claro que la pre-producción falló; que el rodaje no existió, y que la post-producción filtró agua, ácido y salsa de tomate por todos lados.
Pero antes de meterme en la (despiadada) crítica a este bodrio galaxial, quisiera explicar el porqué del retraso en la publicación de esta review. La mecánica de las reseñas es, básicamente, siempre la misma: un momento de sagrada inspiración zenkiana, que da como resultado algunas oraciones totalmente desvarietadas. Es ahí cuando los párrafos comienzan a brotar y a brotar. Inspiración. Es justo lo que faltó estos últimos días. Ni una puta idea copada. Para empeorar las cosas, será imposible no comparar esta reseña con la hecha para Luna Nueva. Por supuesto, son excusas… porque, con seguridad, no será tan buena como aquel monumento a la bichificación.
Volviendo al tema, esta vez sacar la entrada, no tuvo mayores inconvenientes. Tres horas antes de rendir un parcial de vida o muerte, enfilé hacia el Abasto en busca del ticket más codiciado de la historia de la humanidad. No hubo aliens (solo algunos restos tirados por ahí), no hubo fanáticos/as sacándose fotos, no hubo remeras, no hubo euforia, no hubo emoción… en definitiva, no hubo un soberano carajo. Indiferencia? Tal vez. Tal vez no. Quizá yo estaba más hijo de puta que de costumbre… Para la función del jueves a las 23.10 quedaba solo un lugar pegado al pasillo y a escasos metros de la salida. Me lo tuve que quedar, a riesgo de no ver nada por la lejanía (leyendas hablan de 3km. de distancia entre la pantalla y la fila N… poco creíbles).
La noche del 1º de julio no podía empezar peor: calculé muy mal el tiempo y llegué temprano al chopin. Un plomazo. Pero todo puede ser peor, incluso cuando todo está más que peor. Así que para hacer tiempo y no irme a dormir al baño, decidí pasar el rato escuchando cómo y cuándo se le ocurrió la historia de Twilight a Stephenie Meyer. Y fue nada más ni nada menos que de la boca de un par de fanáticas acérrimas, portadoras de las características remeras de la peli (de turno). He aquí lo que me contaron. Resulta que nuestra muchacha, buena redactora de historias en el cole, estaba medio al dope viviendo en un trailer verde (que nada tiene que ver con aquel de Animeku 08), hasta que un día se le coló una tortuga en la susodicha vivienda. Es entonces que pensó ‘uf, acá tengo una punta’. Y nació Crepúsculo: la historia de un pastor anglicano que se debate entre comprar el calendario de Playboy o una alfombra para la habitación. Flor de capitalista el muy hijo de puta. En 36 páginas iniciales explora psicológicamente, con astucia épica, al pastor, amante del mini golf y de la mayonesa de calorías módicas. Luego añadió al archi mega némesis del protagonista: su conciencia. Cómo iba a comprar semejante calendario siendo ministro? Y la autora vio que todo esto era bueno… y descansó al séptimo día. Le mostró el bosquejo a la dueña de la licorería. A la mujer le gustó (no hace falta que diga que estaba en pedo). A su hija le pareció que discriminaba a los árabes (no hace falta que diga que la piba estaba totalmente drogada). Meyer cambió la conciencia del pastor por un asesino a sueldo ruso. A la hija de la licorera le gustó. Ahora bien, cómo pasó de una tortuga a esto? Qué se yo… esa parte no me la contaron. La escritora llevó el espectacular borrador a la editora neoyorquina Pepo’s: la sacaron a patadas. Cualquiera lo hubiese hecho. Finalmente, luego de ser rechazada unas cuantas veces más, logró un acuerdo con Little, Brown and Company, bajo una clara condición: había que cambiar todo. Meyer lo hizo, y el éxito fue (es) innegable. Los siguientes dos libros corrieron por un canal similar: la autora escribiendo sobre gauchos matreros, esponjas voladoras, carreras de ponys mutilados, y la editorial obligando a cambiar todo. Para Amanecer, LB&C decidió no tocar nada… cosa que queda en evidencia desde la primera página (NOTA: no importa la instancia, jamás se considerará a Amanecer - Breaking Dawn - como un libro… siquiera se lo considerará una cosa). Gracias a Dios, y después del típico retraso de Hoyts, dejaron ingresar a la mugrienta sala. El relato me quedó picando, y al llegar a casa investigué un poquito. Cuasi-oficialmente, se dice que Crepúsculo nació de un sueño que Meyer tuvo, el 2 de Junio de 2003. Emm, un sueño? Qué clase de idiota puede creérselo?
A las 23.20 las luces se apagaron y la emoción llegó a su punto máximo.
Fue sorprendente como nadie se levantó tras los primeros 25 minutos de película (irse antes hubiese sido una falta de respeto para con la acomodadora). Como dije anteriormente, empalagosa a más no poder: besos, amor, amor, amistad, besos, amor, por acá por allá… Y la sangre cuando, la puta que te parió? Para peor, la primera persecución no se vio: la nitidez no estaba incluida en la cinta. Los pobres diálogos fueron demasiado para las escenas de acción, que no pudieron remontar nada, con todas sus limitaciones a cuestas, claro. Por momentos, el aburrimiento era total. No voy a contar mucho, ya que el argumento es harto conocido. Pero, sin usted leyó Eclipse y odió a Bella por ser tan puta, la odiará más luego de ver el film. Una trola que intenta sacarle la ropa a su buenazo novio vampiro, Edward Cullen, minutos después de tener una discusión con su padre sobre la virginidad. Una baratera que, acepta casarse con alguien, y 10 horas después le implora a un sucio perrito faldero de mierda que la bese. Y es ahí donde me detengo: en las actuaciones. No se como pude dudar de Taylor Lautner… nació para el papel de Jacob ‘Puppy’ Black. No importa si es bueno o malo actuando… es Jacob. FORRO! Lo mismo se aplica para Kristen Stewart. PUTA! Al margen, y para completar el trío protagonista, hay un buen trabajo de Robert Pattinson, que mejora película tras película. Un escalón más arriba está Billy Burke, que interpreta a un Charlie Swan distinto al de los libros, más vivaracho e hijo de puta. Pero, a mi criterio, los que se roban la película y se cargan semejante papelón al hombro (a pesar de no aparecer mucho) son Jasper (Jackson Rathbone) y Riley, el recluta vampiros controlado por Victoria (Xavier Samuel). Hincapié en el primero, que no solo despeja las dudas sobre si era o no un placard, sino que le da nueva vida a un personaje que parecía destinado a la nada en la pantalla grande. Alice (Greene), sublime y hermosa como siempre. Pero como todo se centra en el triángulo amoroso (cosa obvia), no se puede evaluar severamente al resto de los actores. Salvo Dakota Fanning, cuyo papel ya cruza la línea del patetismo para pasar a ser algo innombrable, inenarrable. Dejando las actuaciones de lado, debe decirse que lo que hizo todavía más embolante a Eclipse, fue la música. Inexistente, pedorra. Acorde a la calidad de la película. Una decepción si tenemos en cuenta el buen nivel de las dos entregas anteriores.
En fin, aún con la millonada de horrores cometidos, el futuro de esta ‘franquicia’ parece… parece prometedor. Recuérdese que quedan aún dos películas por rodarse. La cuestión es que el cambio de actriz para el personaje de Victoria (que no merece mayores comentarios) es apenas el primero de varios. Tranquilos/as, Eddie no será reemplazado. Tampoco el pichicho peludo y cagón. Sin embargo, díganle adiós a Kristen Stewart. En su lugar estará ni más ni menos que… Dakota Fanning, quien tiene muchísima experiencia y categoría a la hora de interpretar vampiros, algo sumamente necesario para la próxima película (el spoiler te lo metés en el orto). Claro, alguien debe de suplir a la actriz prodigio al frente de su magistral Jane. Los productores, muy hábilmente (siguiendo el consejo dado anteriormente por LHDZ), decidieron sustituirla por una caja de zapatos con una cara dibujada al frente. Espléndida decisión. Ah, por cierto, el lugar de Kristen también podría habérselo quedado Miley Cirus, que encajaba perfectamente con el papel de súper puta, pero se temió que muriese absorbida por su propio ego, de haber sido elegida protagonista de Breaking Dawn, así que se la descartó rápidamente. Y hablando de ex-figuritas juveniles de Disney ahora relegadas y regaladas, la que sí tuvo suerte fue la ‘rubiecita’ Ashley Tisdale, conocida por su papel de Sharpay en High School Musical (otra trilogía pedorra y van…). Le tocará encarnar a Rosalie: la actriz que la interpretaba hasta ahora pidió ganar el triple ya que le habían prometido que su personaje tendría más protagonismo que en los libros (‘va a ser más que Bella’ le dijeron… pobre pelotuda). El gran problema acá es que su promedio de palabras por segundo es superior a cincuenta, cosa no conveniente para la gran Rosalie Hale. Y ojalá hayan disfrutado de Gil Birmingham, el texano que hace las veces de Billy Black, puesto que será cambiado por obvias razones: increíblemente ahora puede caminar (tras un tratamiento con alcohol en gel); así que sano ya no le sirve a nadie. Su carrera ha terminado (antes de empezar). En su lugar estará Antonio Banderas, quien le agregará a la silla de ruedas, un antifaz, capa y sombrero negro.
Finalmente, el cambio más importante se da en la dirección de (los) Amanecer: algunos pedían de vuelta a Catherine Hardwicke (no será demasiado?), otros a Stallone para que hubiese cincuenta veces más acción y cincuenta veces menos historia, pero ese lugar lo ocupará el ultra desconocido Bill Condon [inserte aquí el chiste que usted prefiera]. Ya se imaginaran el resultado…
Me cansé de escribir… así que, a pesar de ser totalmente innecesarias, aquí están las conclusiones:
Lo mejor: no comer pochoclos ni tomar gaseosa evitaron infinitas arcadas en la asquerosa cantidad de escenas melosas. Después de eso, indudablemente es genial que falte mucho para el estreno de la primera parte de Amanecer (hasta puede que nunca se estrene).
Lo peor: esta es imposible; casi todo fue muy malo. Igualmente me quedo con la omisión de la mejor parte de la versión literaria: la muerte de Bella… Ah, no muere? La próxima compro el libro, y no me lo bajo de Internet.
Lo curioso: ubíquese… escena tras el beso de Bella con el perro… cara larga de Edward… y el GRITO de una fanática al son de: ‘dejala que estoy acá… dejala’. Lo único realmente gracioso de toda la noche que obtuvo merecidos aplausos y risas.
Para ser honesto, la decepción no puede ser más total. Es posible que con el tiempo, luego de su edición en DVD, Blu-ray o lo que sea, cambie levemente mi opinión (haciendo hincapié en el ‘levemente’), como sucedió con Luna Nueva, que comparada con Eclipse ahora parece Casablanca o Memento. Sin embargo, las posibilidades que esto pase son menores a las probabilidades que dos variables independientes en regresión múltiple sean independientes entre sí al mismo tiempo. También es posible que mi crítica haya sido desubicada, despiadada, parcial, maliciosa y que parezca que nada me viene bien. Mas debo decir que un hijo de Zenki no se equivoca en este tipo de cosas. Puntaje? Complicado, ya que la función que determina la puntuación de películas, en comparación con el resto de los medios, está acotada entre 0 y 3… no hay números negativos. Así que optamos por un valor cercano a cero: 0.1 zenkos. La recomendación es muy clara: no la vean, bajo ningún punto de vista.
NO ES EL VIOLETA 01… ES EL NEGRO 0-4
Written and Posted by Cesar de la Luz
Dedicated to Pao Cortese, Ale Dalamar and Seth Hultkrantz
Dedicated to Pao Cortese, Ale Dalamar and Seth Hultkrantz
Muy buena la nota, bastante cierta salvo la parte del sueño, es obvio que lo que te contaron esas fanaticas del intento de saga es veraz, ya que se demostro que soñar con vampiros, segun los q saben, significa o muerte prematura, o que vas a escribir una saga de libros muy buena, y no se cumplio ninguna.
ResponderEliminarCon respecto a tu nuevo casting, ya lo dijiste vos, un oscar para la caja, y ese premio se queda corto.. la actuacion de varios personajes (especialmente el de bella) es facilmente reemplazable, tal y como vos dijiste
a pesar de tu consejo lo mas probable es q la termine viendo, aun si resulta algo peor q amputarse la pierna con una galletita de agua.
olvide mencionar el conformismo con el que salieron los/las fanaticas de mierdusculo...
ResponderEliminar'estuvo buenisima', 'genial', 'ojala se estrene mañana amanecer (de mierda)'...
poca autocrítica
Te compadezco siquiera x haber tenido q soportarla. Un valiente, realmente. Te hiciste chequeos del cerebro luego de salir del cine? me han comentado que verla produce perdida de masa encefalica, muerte de neuronas y sindrome de down, todo junto. = x lo visto eres inmune a esta mierda. Me alegro.
ResponderEliminarAhhh!! Mi querido Cesar de la Luz, deberia de haber leido la critica de los Hijos antes de perder dos horas de mi vida (y la de Ale) entre suspiros de pelotudas que no leyeron ni la etiqueta del shampoo en su vida y zoofilicas... UNA SOBERANA CAGADA!!
ResponderEliminar