sábado, 30 de junio de 2012

La más larga


Sería inútil tratar de describirte aquellos cuadros, pues el más horroroso y diabólico horror,
la más increíble repulsión y hediondez moral se desprendían de simples pinceladas imposibles de traducir en palabras.
H.P. Lovecraft [Pickman’s Model]

Un fracaso en amor es, para el hombre, como una misión cumplida.
Los corazones están hechos para ser rotos.
[Oscar Wilde]

Sobre banderas, pelotas y camiones – Offtopic

Todos somos prescindibles. Ser amado, hoy, no implica ser amado mañana. Llegará el día en que debamos despedirnos bajo el despigmentado sol de verano, envueltos en la más hermosa y angelical agonía, sabiéndonos derrotados por las impías bestias de pequeños ojos incoloros. Llegará el día en que el aberrante silencio nuble los sentidos y nos deje sin alma ni corazón en un ominoso rincón gris. No existe eternidad en el pensamiento, y mucho menos en los sentimientos que sostienen esos pensamientos; es parte de la (mal llamada) naturaleza humana. No debe sorprendernos, tampoco espantarnos. Invariablemente seremos reemplazados, y cuando el caos reptante de la preciosidad se desate, nuestro destino será materializarnos en una pecaminosa hoja sin relevancia del libro de esa historia compartida. Como entidades libertinas que somos, entregadas a la más perecedera y frívola de las realidades, nuestra apreciación de las personas varía de acuerdo a su grado de utilidad. Por supuesto - vale la pena aclararlo - la análoga comparte los mismos fundamentos. Es así que, los odiados de hoy, tranquilamente pueden ser nuestros compañeros de mañana. Ambos casos se sostienen en la intensa y violenta estupidez que el hombre ha perfeccionado con el correr de las generaciones; una estupidez que no permite matices, grises. De alguna manera, solo el amor sincero puede abrirnos las compuertas al odio último; y solo el odio superador puede enseñarnos el camino errante hacia el auténtico amor (que no por ello deja de ser una desgracia).

Semejante rompecabezas sentimental carente de lógica, se ve reflejado, justamente, en uno de los ámbitos donde la lógica no se utiliza ni siquiera para ningunearla, donde ni Dios ni el Diablo imponen límites claros al accionar de los mortales, permitiéndoles regodearse en las tumbas de los héroes de antaño: la política; ese monstruo ciclópeo que subyuga a las sociedades con aterradora facilidad. El tristísimo conflicto del Día de la Bandera, feriado signado por el recuerdo de aquellas chatitas negras que solo en sueños ajenos aparecerán, ha sido el puntapié inicial de un partido que promete juego sucio y pocos goles, entre dos equipos que hasta no hace mucho tiempo posaban sonrientes para los fotógrafos. El resultado de este innecesario enfrentamiento de índole más bien sexual, salvo un milagro teutón, amenaza con sumergir a toda la población en un pantano brumoso y repulsivo, como si la perpetuidad se hubiese apoderado del otoño. Pero podemos alegrarnos estimador cadáver; pues este país decadente nos otorga al menos una certeza: todos perderemos. Ambas escuadras, identificadas con el viejo General de la voz graciosa, buscan incansablemente la venia del pueblo, y se enfrentan para ver... quien la tiene más larga.

La batalla de ribetes genitales que protagonizan, de un lado, la neurótica emperatriz Kristina y sus esbirros sin vida propia; y del otro, los despiadados guerreros multimediáticos, encabezados - esta vez - por el líder del Sindicato de Camioneros y Secretario General de la CGT, Hugo Antonio Moyano, otrora hermano del alma, solo puede concebirse en este imperio de ilusiones fabricado por un gobierno (unicato de facto) virtuosísimo (enfermo de poder), que no necesita ni leyes ni instituciones serias para otorgar el bienestar económico y social buscado por los argentinos durante los doscientos años de historia, pues cuenta con una herramienta infalible que impide el colapso de las masas: la mentira. El desparpajo anhelante y horroroso egoísmo de estos jugadores han puesto a prueba, durante la última semana, a las filosas lenguas de cientos de miles de infelices (como quien escribe) que no pueden sino sentir el inmenso e incontrolable orgullo de comprender esa absurda burla hacia los pensamientos y sentimientos del pasado.

Muchos no tuvieron que esperar diez años para arrepentirse de haber colocado la boleta azul en las elecciones de octubre último. No será una porción escandalosa de la población, pero alcanza para demostrar el parco compromiso ciudadano para con la detestable política y su maniqueísmo perverso. El amargo conformismo los llevó a votar, entonces, por el inexistente proyecto de Kristina, en busca de más conformismo. Pero el cepo al verde billete, la descarada corrupción, el terror a la parálisis económica, la inusitada violencia verbal, el boludeo constante, y el tan mentado 'vamos por todo', amplificados hasta la locura por medios opositores e independientes, bastaron para que muchos partidarios del irreverente status quo pusieran el grito en el cielo, ante la evidente sequía conformista. El recordado llamado al diálogo y a la unidad política de la Presidente durante su discurso de victoria aquella noche azulada, no fue más que una angelical falacia. Por el contrario, partiendo de esas palabras vacías de contenido, se ha potenciado la confrontación, que ahora alcanza niveles estratosféricos pues alcanzó los círculos más íntimos, salpicándolos con la sangre del pasado. Jorge Lanata, nuevo tótem de jóvenes que no habían nacido cuando fundó el (hoy) bastardo diario Página 12, desde la TV y la Radio Anti-pública; el paciente motonauta Daniel Scioli desde su sempiterno despacho de La Plata; y el refinado Hugo desde las calles, han comenzado la resistencia, vivificando al patético circo opositor amante del voyeurismo.

Por supuesto, y como bien apuntan los perfilistas (entre otros) en sus inspiradoras columnas, esta batalla fálica no es más que una interna peronista, kirchnerista si se quiere; una de esas cruzadas que han trastornado hasta el paroxismo a nuestro pobre país. Quienes fundían sus corazones en besos prohibidos, y sus almas en abrazos escandalosos, hoy se odian con la misma intensidad. Y no paran de llover las acusaciones, haciendo un sensacional alarde de impunidad. Y los delirantes fantasmas golpistas vuelven a sobrevolar los helados cielos de la verdulería. Y afloran los guapos de cartón que pretenden erigirse como héroes, siendo poco más que la basura que nuestros queridísimos camioneros levantan noche tras noche. Y el pasado cobra vida, confundiéndose con el demoníaco presente donde ya no brilla más la preciosa luna. Como consecuencia de su estilo tan particular, celoso y magnánimo, la primera mandataria observa el derrumbe de los viejos pilares mediático, social y político que sostuvieron al kirchnerismo en sus albores, otorgándole la legitimidad necesaria para gobernar, y debe soportar con estoicismo su amnistía, cuyo objetivo no puede ser otro sino desplazar de la ecuación electoral a los que tantísimo poder les dieron. Clarín no debería olvidar que sigue siendo Clarín gracias al desfachatado perdón del Santo Néstor. Scioli abandonó el letargo y la fiesta menemista por obra y gracia del 'flaco’, quien lo convirtió en Vice y luego lo catapultó a la gobernación de la caótica pero celebérrima Provincia de Buenos Aires. Y, en mayor medida aún, es Moyano quien no puede olvidarse que este gobierno lo salvó de la cárcel y le entregó las llaves del país, para que lo convirtiese en su patio de juegos. Es el precio que CFK debe pagar por otorgarle plena confianza a alguien que, se sabe, sucumbirá a la tentación de la vil traición. Soberbia o no, desquiciada o no, la pobre mujer es un ser humano.

Adjetivar de forma grosera a los protagonistas de esta caricatura sería un cuarto miope y tres cuartos zonzo de mi parte; sin embargo, no es ese nuestro propósito? El relato zenkiano está surcado por el odio a las masas, al materialismo indigno y al sobrado anti-intelectualismo de los profetas de papel higiénico; determinado por un indecible cinismo y la exaltación del ridículo. Este relato dista de otros relatos.

El ya tristemente célebre 20 de junio, un nutrido grupo de rocosos camioneros bloqueó una planta de YPF en La Matanza, en consonancia con los paros sorpresivos que el Sindicato había decretado las jornadas anteriores. Estaba allí el eje del reclamo por la (entonces) irresoluta paritaria y la puja por el mínimo no imponible del Impuesto a las Ganancias. Semejante muestra de poder asustó a los funcionarios que no habían viajado con la emperatriz a la Cumbre de UN en la tierra de los hijos de puta, quienes no dudaron en llamar a la única persona capacitada para tomar decisiones políticas en este país miserable. Temió Kristina un golpe de Estado, suponemos. Gracias al accionar desestabilizadoramente militarizado de los camioneros, nos pudimos enterar de los actos por el Día de la Bandera (el feriado era muy lindo, pero, por algo era no?). Desde Rosario llegó la apaciguadora voz de nuestro Vice, Amado Boudou (el de la manija), saliendo al cruce de los gorilas, demostrando por nonagésima vez sus dotes de innato estadista y su intachable autoridad moral. Entrada la noche, comenzaron nuestros jugadores a tirar las primeras patadas: una tropa sin igual de gendarmes ayudó a descomprimir la situación en la refinería.... Cómo? No ayudó? Bueno, no importa. Nadie imaginó que un gobierno que ha castigado la represión hasta la senilidad, utilizase a Sergio Berni, Secretario de Seguridad y retirado Mayor del ejército, como cabeza del operativo. Los forcejeos parecían divertir a los camioneros; ni hablar a los camarógrafos que prendían velas a los dioses de la ominosidad. Oficialistas continuaron con la magia, ya con CFK de vuelta: un ministro de papel denunció a Hugo y Pablo Moyano ante la Justicia (dónde sino) por atacar y no acatar la conciliación obligatoria y por impedir el normal funcionamiento de los transportes. Deducimos que la misma presentación puede hacerse en contra del aire, que hace que los colectivos, trenes y subtes anden como el reverendísimo orto día tras día.

Algunos pueblos del interior experimentaron ciertas (y exageradas) dificultades con el abastecimiento de gas y combustibles, obligando al paladín imperial Gabriel Mariotto (otro Vice) a hacer su estelar aparición. Vale una aclaración, querido cadáver: ninguno de los actores mencionados ha sido inventado, aunque usted no conozca a ninguno de estos impresentables. Se vieron espectáculos televisivos que provocaron severos dolores abdominales; el mejor de todos a cargo de Julio de Vido, quien defenestró al líder camionero en ‘6-7-8’, luego de lamerle las bolas durante tantísimos años por sus patrióticas convocatorias (“Operación Clarín-Moyano-Barrionuevo-Scioli?” rezaba el graph del enfermizo programa ultra K). Sin embargo, el colmo de los colmos fue la tragicómica visita de Hugo al programa 'A dos voces' de TN, donde el camionero anunció un (ya planificado) paro mundial de tres semanas. Comidilla para la neurótica mandataria que vio diluirse su arduo trabajo de años. Mientras la patronal acordaba con el Sindicato en el más impoluto de los secretos. El refinado compañero de los lentes levantó el paro de tres años, convocando un acto para el 27 del presente. Desde el kirchnerismo más verdulero solo brotaron diatribas para con su antiguo camarada y amante, sin olvidarse de Daniel Scioli, quien había viajado a Italia para que le dieran una mano (cuac). En un arrojo incuestionable, la emperatriz responsabilizó indirectamente a los camioneros por un accidente de tránsito que lamentablemente cobró la vida de 11 gendarmes. Del chofer que se quedó dormido, ni hablemos. “Fuerza mi presi, fuerza!!!”. Con el clásico golpe bajo, la mandataria prometió la no-presencia de las fuerzas de seguridad en el acto en Plaza de Mayo, esperando algún desborde que ensuciara al pulcro camionero. Todo vale en este imperio de ilusiones. Los fieles exponentes de la desculturalización, promotores de la involución de la humanidad llegaban al 27-J empatados en cero, colgados del travesaño de Flor de la V (con respeto lo digo).

Con monumentales coberturas, los medios se ocuparon del acto en la Plaza de la Revolución. Hordas de venosos verdes y blancos abarrotaron las calles del micro y macrocentro. El sabor del Bernet con Coca ® trastocó los sentidos de los más sensibles; y el olor a choripán evaporó los prejuicios de los muchachos de traje enamorados de las ensaladitas naturistas. La 9 de Julio dejó de existir, invadida por más de cinco millones de aviones de tierra. Como había prometido CFK, ni un solo efectivo policial; muy parecido a un día normal, sin marcha ni reclamos. Para los verdaderos analistas políticos (esos que desperdician aliento tratando de darle un marco teórico a las estupideces de los argentinos) quedarán las conclusiones: que cuántas personas había; que cuáles gremios se adhirieron al acto de Moyano; que cuántos muertos hubo durante los incidentes entre aliados y soviéticos; etcétera. En otro alarde fálico, Kristina habló minutos antes de las tres de la tarde, retrasando las palabras de Hugo Antonio. La emperatriz en San Luis, tierra opositora desde el comienzo de los tiempos; el camionero canturreando contra el gobierno que le dio poder ilimitado, corriéndolo por derecha e izquierda, al son de la maravillosa pero estéril marcha peronista. El reino del revés. Argentina.

Como decía más arriba, nuestro relato defiende los valores más ominosos, íntimamente ligados a la muerte y la desolación, repelentes de quienes se dicen amantes de la vida y la felicidad que ésta supone. El relato K, basado en la estupidización y el eterno conflicto, no acepta su propia naturaleza y pretende ser omnisciente (alcanza con leer cualquier columna proselitista en algún multimedio oficialista). El hueco relato anti-K, motorizado por el Grupo Clarín, retrata al gobierno como si fuese el mal último - cuando sabemos que éste se esconde en los corazones de las bestias perversas y desagradecidas - y utiliza cualquier artilugio para deformar la oscura realidad en una aún peor. El relato independiente, muchas veces huérfano de pauta oficial, es muy loable, pero ese carácter racional, conciliador y esperanzador lo hace pecar de inocente: cómo se puede pretender sensatez en una sociedad tan heterogénea y abandonada a sus más fieros instintos? "Solo la tristeza puede ser tan triste". No me pondré en papel ni de juez ni de verdugo. No soy portador de la verdad; muy por el contrario, la verdad no duerme en mi habitación de paredes blancas. Me tiene sin cuidado dónde está. Me tiene sin cuidado si son Moyano, Magnetto o Scioli los que la tienen más larga; o si son Kristina y su corte de aduladores/aplaudidores/lamedores-de-orto/delincuentes/auto-golpistas los que la tienen más larga. Pero es una obtusa obviedad que semejante dislate discursivo solo llevará a este país a una fragmentación aún mayor. Para estos jugadores, no parecen bastar la infinidad de problemas que aquejan a los argentinos, fruto de desavenencias internas y externas. Los logros de este gobierno (que no son pocos, tampoco siderales) se descuajan al calor de la opulencia de aquellos que dicen 'si' a las demenciales iteraciones de la emperatriz. Ha pasado mucho desde aquel caluroso y apacible octubre, antesala del caos trepidante de la última desgracia; y varios ya se arrepienten de haber colocado la boleta azul.

La conmocionante espiral que engloba desorden institucional, libertinaje económico, degradación moral y caos cultural no tiene intención de consumirse todavía; es esta transmutación, necesaria para los que desean mantener su pornográfico estilo de vida, donde prescinden de cualquier entidad que se oponga a su ceguera mental. Su excelso materialismo los lleva a pensar que la verdad reside en el tamaño de sus miembros, o en la rocosidad de sus pelotas. Claro, en este país, no hay regla que alcance para medir ni los falos, ni la idiotez que nos hace olvidar a los seres que una vez amamos odiar u odiamos amar.

UNA COSA QUE EMPIEZA CON “P”!!

Written and Posted by Cesar de la Luz
Dedicated to the loving memory of Juan Alberto Badía